Si ya te adaptaste a la cocina vegana, puede que todavía tengas un temor: recaer en la carne. Especialmente, cuando el sabor te tienta. ¿Qué es lo que se puede hacer en esos casos?

Empezar en la cocina vegana y las tentaciones de carne

Cada vez hay más personas que deciden empezar un régimen vegano. Esto sucede por diversas causas. Por ejemplo, una de las más habituales se da por el rechazo al sufrimiento de los animales detrás de la industria de la carne, como sucede con los pollos, las vacas o cualquier ser vivo que es matado para su consumo.

Otra de las causas de las personas que se hacen veganas se relacionan con el medioambiente. La industria ganadera es vista como una de las potenciales explicaciones de los problemas que sufre nuestro planeta, incluso en términos de salud. Por ejemplo, en épocas de pandemia, se recordó el virus de la “gripe porcina”, asociado con los criaderos de chanchos.

De la misma manera, hay personas que deciden introducirse en un régimen vegano para mejorar el cuidado de su salud. Por ejemplo, aquellas personas aficionadas al fast food que, de un momento para el otro, deciden probar una dieta vegana para mejorar tanto su figura física como su propio organismo.

Incluso, hay quienes son vegetarianos e intentan hacer la transición hacia el veganismo. Esto ocurre porque no están dispuestos a llegar a un punto tan estricto, aunque, moralmente, son conscientes de que quieren hacerlo. Por ende, intenten reducir el consumo de algunos alimentos, como los huevos, leche o miel.

En cualquier caso, hay un factor que no todos tienen en cuenta. Hacemos referencia al sabor/olor de la carne. Hay quienes desarrollan un asco automatizado a la carne por diversas maneras. Esto hace que no tengan la tentación de comer carne. Sin embargo, hay quienes tienen ese deseo, aunque lo “apagan” por cuestiones morales.

¿Cómo vencer las tentaciones carnívoras?

Pues bien, ¿existe una manera de vencer esas tentaciones? Lo cierto es que es factible. Veamos cómo puedes hacerlo.

Forzar el asco

Esto es lo que ha ocurrido con muchas personas que no sienten deseos de comer carne. Básicamente, lo que han hecho es mirar imágenes explícitas de la industria ganadera, donde se muestra cómo mueren y sufren las distintas especies antes de llegar a la mesa.

Las imágenes pueden ser muy fuertes, pero es también una de las armas más poderosas para tomar consciencia de lo que se esconde detrás de cada pedazo de carne. Es, incluso, lo que ha hecho que personas que nunca se imaginarían veganas acaben empezando el régimen.

Por lo tanto, puede ser una alternativa en caso de que quieras documentarte sobre los efectos de las ganaderías y los mataderos, pero también para forzar el asco. Sin dudas, es probable que nunca más huelas una hamburguesa y sientas deseo de ingerirla.

Productos similares, pero veganos

El desarrollo de la industria alimenticia “libre de dolor animal” es realmente impresionante. Como cada vez más personas empezaron una dieta vegana, las empresas han desarrollado nuevos productos alimenticios que imitan a la perfección el sabor de la carne.

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Por ejemplo, en cualquier hamburguesería vas a encontrar una o varias opciones veganas. Verás hamburguesas de porotos, de quinoa o de soja, las cuales, increíblemente, tienen un sabor intenso y rico. En muchos de los casos, solo cambiará el medallón, pues los demás ingredientes son similares a los de la versión carnívora.

Esto te hará darte cuenta de que, en la actualidad, es muy fácil llegar a un producto con un sabor realmente similar a la carne, aunque con una ventaja: no promueves el dolor de los animales. Incluso, no hace falta que salgas de tu casa para hacerlo, ya que podrás preparar distintas recetas veganas desde tu casa, de manera sencilla, rica y saludable.

Apelar a la culpa

Este método es un poco más extremo, pero también funciona. Muchas personas que se hicieron vegetarianas por principios morales también tenían la tentación de comer la carne. Sin embargo, de un momento para el otro, la “posibilidad” de sentirse culpables se materializó.

Es lo que sucede cuando una persona come un alimento que, en realidad, tenía pedazos de carne. Por ejemplo, una tarta que tenga pedacitos de cerdo. Tal vez, no se da cuenta por el sabor, pero luego, cuando se lo notifican, la culpa se hace presente.

Si bien no sabía que estaba rompiendo el régimen (por lo que no incurrió en ninguna falta), la culpa puede llegar a ser tan poderosa que también puede forzar el asco. Es decir, por lo mal que se siente al volver a comer -sin quererlo- la carne, la tentación se eliminará.

La importancia de asumir un estilo de vida vegano

En definitiva, cuando te introduces en un estilo de vida vegano, es importante que te sientas en comodidad contigo mismo. No se trata de “sufrir” por no poder comer carne, sino de lograr, de forma natural, que la moral -o la culpa- sea más poderosa que el deseo de comer un filete asado.

Si te molesta sentir ese deseo de comer carne, puedes intentar con algunos de los métodos que te presentamos anteriormente. En caso de que alguno no te funcione, puedes pasar al siguiente. Lo importante es que sepas que, hasta que el mundo no avance, te será imposible abstraerte por completo del contacto con la carne.

Ya sea en juntadas con tus amigos, reuniones familiares o salidas al restaurante, siempre tendrás cerca a una persona que se pida algún plato de este tipo. Por lo tanto, es conveniente que puedas asumir que el deseo, en caso de que no lo controles, llegará siempre que otra persona se pida un plato carnívoro.

Lo que puedes hacer es ver qué haces con ese deseo. ¿Eres capaz de controlarlo? ¿O te vence las ganas de comer carne? En tal caso, puedes recurrir a algunas de las estrategias que te mencionamos, pues la cocina vegana es lo suficientemente sabrosa como para tener que recaer en una alimentación carnívora. ¡Esperamos haberte ayudado!

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